domingo, 1 de agosto de 2010

CURSO DE AMOR


¿Cómo vamos a empezar nuestro curso de amor?
Haciendo un examen de conciencia franco y abierto en la intimidad de nuestra habitación, que deberá estar muy limpia, ordenada y de preferencia ventilada (si pueden entrar algunos rayos de sol, mucho mejor). En alguna parte de la habitación, sea en la mesita de noche, el tocador o cualquier otro lugar, poner una rosa roja bebiendo de un vaso con agua fresca y cristalina (o sea la rosa deberá estar acostada sobre el agua), al entrar el agua por los pétalos, que son los labios de la flor, simbólicamente estaremos representando a nuestro corazón sediento, nutriéndose de agua nueva.

Todos los días que dure nuestro curso, deberá cambiarse de agua para mantenerla completamente limpia. Si así lo hicieren verán que la rosa mantendrá su lozanía por varios días, eso indicará que nuestro corazón está recibiendo la energía cristica de la rosa roja y viceversa, la de nuestro corazón, le dará vida a ella y lo más misterioso… ¡le dará vida a quienes nos rodean! porque estamos irradiando AMOR. ¡La rosa roja es la reina de las flores, y nosotras somos reinas del amor!

Entonces con el amor más grande, con sincero y puro corazón oraremos diariamente en supremo silencio:

¡Que todos los seres del mundo sean felices!
¡Que todos los seres del mundo sean dichosos!
¡Que todos los seres del mundo sean en paz!
AMÉN.

En ese instante imaginaremos (imaginar es crear), que de nuestro corazón sale una luz purísima, color azul cielo muy hermoso, que irradiará nuestro nuestro cuerpo, nuestra habitación, nuestra casa, y esa luz purísima se irá expandiendo fuera de nuestro hogar, bañará los alrededores, la ciudad, los montes y valles, las colinas, montañas y más allá atravezará regiones, estados, y saldrá de nuestro país para ir todavía más allá. Nuestra luz purísima de infinito e insustituíble amor crístico, deberá viajar e irradiarse a todos los países del mundo entero para que todos los seres del mundo sean felices, dichosos y en paz.

Esa pequeña chispita de luz azul que salió originalmente de nuestro corazón de mujer, ahora es una gran hoguera de amor, belleza, pureza y paz abrazando al planeta tierra, y sin pretender ser egoístas, también debemos permitir que esa hoguera de amor supremo viaje a través de las estrellas, hacia otros planetas y de ser posible abrace con humildad al universo entero.

Esto parece increíble y mágico ¿verdad? pero no hay tal magia, es algo tan natural como renovar nuestras propias fuerzas con la fuerza del corazón, haciendo que los milagros existan cuando ya nadie cree en ellos. Recuerden que somos hijas de Dios, y que como tales, las mujeres somos la viva manifestación del Creador en la tierra y la viva representación por lo tanto… ¡De su Amor! ¿Se han fijado que en las épocas navideñas pulula en la naturaleza un ambiente de enorme sensibilidad? ¡Esta es la razón… el nacimiento del propio amor en el cuerpo del niño Jesús! y aquí si que dice el famoso prólogo de las cuatro leyes espirituales: “Así como hay leyes naturales que rigen el universo, también hay leyes espirituales que rigen nuestra relación con Dios.”

¡Sea pues para ÉL, toda la gloria y el honor del AMOR DE MUJER que ahora vive y habita renovado en nuestros corazones!

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