miércoles, 25 de agosto de 2010

AMIGO,,,,,,,,,,,,,,,,,,

Si tienes un amig@, has merecido un don divino.
La amistad leal, sincera, desinteresada, es la verdadera comunión de las almas. Es más fuerte que el amor, porque éste suele ser celoso, egoísta y vulnerable. La verdadera amistad perdura y se fortalece a través del tiempo y la distancia.
No se necesita ver frecuentemente al amig@ para que la amistad perdure; basta saber que éste responderá cuando sea necesario, con un acto de afecto, de comprensión y aun de sacrificio.
La amistad no se conquista, no se impone; se cultiva como una flor; se abona con pequeños detalles de cortesía, de ternura y de lealtad; se riega con las aguas vivas de desinterés y de cariño silencioso. No importan las distancias, los niveles sociales, los años o las culturas. La amistad lo borra todo.
El recuerdo del amig@ lejano, del amig@ de la niñez o el de la juventud, produce la íntima alegría de haberlos conocido. Nuestra vida se enriqueció con su contacto por breve que haya sido.
La felicidad del amig@ nos da felicidad. Sus penas se vuelven nuestras porque hay un maravilloso lazo invisible que une a los amig@s. La amistad es bella sobre toda ponderación.

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